Shoep

A veces escribes algo y pones una foto para acompañar; este post va al revés: la fuerza está en la foto.
Obsérvala un momento: el perro parece dormido… al hombre se le ve tranquilo, relajado… como en paz consigo mismo.

El perro se llama Shoep. El hombre, John Unger. La fotógrafa que tomó esta foto es Hannah Stonehouse, una amiga de John.
Pero los nombres no son importantes.
Lo importante es la historia.

Shoep es un cruce de pastor. Ha sido el compañero de John durante 19 años y, obviamente, tras una relación tan duradera, lo son todo el uno para el otro.
Han pasado muchas vivencias juntos… al principio, cuando John lo adoptó, Shoep era un perro desconfiado debido a los maltratos que había sufrido cuando era un cachorro; durante la primera noche en casa, y luego muchas más, John se quedó a su lado para persuadirle de que confiara en él… a veces poniéndose a cuatro patas «para que pensara en mí como otro perro y no como un hombre que trata de lastimarlo».

John había tenido problemas de depresión durante toda su vida, y cuando se rompió la relación con su prometida, su mundo se vino abajo. En una noche particularmente difícil, sacó a Shoep a pasear a las orillas del lago Michigan, uno de sus lugares nocturnos habituales. –Salí al rompeolas y estaba pensando en suicidarme –confesó John en una entrevista. –Estuve vagando por ahí durante 1 hora y pensé: Ok, éste es el momento. Y entonces miré a Shoep… Su mirada, no sé… él sabía que algo estaba mal.
Esa mirada del perro hizo que John volviera del borde del abismo, y al día siguiente John le agradeció el haberle salvado la vida.

En esa misma entrevista, John se rompió y lloró mientras reflexionaba sobre cuánto le había dado Schoep, y cómo él había hecho todo lo posible por darle siempre lo que podía. –Nunca he tenido mucho dinero y durante la depresión no conseguía mantener un trabajo fijo –dijo, y agregó –Schoep me lo ha dado todo, sin importar las circunstancias, incluso cuando no podía conseguirle la mejor comida.

Pero estamos divagando… volvamos al relato: John lleva un día a Shoep al veterinario para una visita rutinaria y éste le dice que el perro tiene una artritis severa y que es probable que deba sacrificarlo pronto.

John sale de la consulta devastado, pero también decidido a ayudar a aliviar el dolor de Schoep. John sabía que las personas que sufren de artritis responden bien a la terapia de agua, por lo que llevó a su perro anciano a uno de sus lugares favoritos: Lake Superior.
Su idea era aprovechar la relativamente alta temperatura del agua en verano y dejar que Schoep se sintiera ingrávido y relajado. Y así lo hizo día tras día. La mayoría de las veces, Shoep, aliviado de sus dolores, se quedaba dormido en sus brazos.

Pensando en el sombrío pronóstico del veterinario, John llamó a su amiga fotógrafa Hannah Stonehouse, para ver si tenía tiempo de tomar una foto ‘especial’ de Schoep.
Como recuerdo.
Por si acaso.

Hannah publicó la foto de la portada en su Facebook y ésta se hizo rápidamente viral.
El vínculo entre Schoep y John cautivó a decenas de miles de amantes de los animales cuando su foto y la historia comenzaron a circular: 300.000 me gusta y 32.000 comentarios. –Los primeros días estuve literalmente en shock.

John recibió una gran cantidad de donaciones anónimas y muestras de apoyo . La ayuda económica le permitió pagar los tratamientos necesarios para aliviar la condición de su perro.
–Me gusta pensar que los tratamientos hicieron retroceder el reloj de la vida de Shoep 1 año y medio o 2 –declaró John a Today en septiembre 2012. –Todos los donantes son anónimos. ¿Cómo puedo agradecérselos? Es algo increíble.

Shoep murió en julio 2013.

En febrero de 2015, John publicó en Facebook: –El viaje continúa con la incorporación de Bear en mi hogar, corazón y alma. Por favor, dale un gran saludo. Soy de nuevo un hombre feliz.

La vida sigue.