¡Misión cumplida!

El de la foto es RIO, y ayer fue adoptado.

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Rio llegó al refugio a mediados de mayo 2018 con 2 meses de edad junto a su madre y sus otros 7 hermanos.

• Protocolo de recogidas punto 1.- Revisión de los recién llegados por parte de nuestro equipo de veterinarios.
Tanto la madre como los cachorros parecen estar sanos.

• Protocolo de recogidas punto 2.- Reunión para planificar y tomar decisiones.
– Vamos a mantenerlos separados del resto de la manada como mínimo 1 mes y medio (y obviamente, durante este tiempo no serán adoptables); no sólo porque no están vacunados sino también porque queremos que la madre siga dándoles de mamar mientras pueda y aproveche este tiempo para darles la impronta.
– Hay que informar a nuestros contactos y en las redes sociales de que necesitaremos ayuda con la comida (mousses y pienso puppy).
– Hay que establecer los turnos de la tarde (el refugio está cerrado) para darles de comer y si necesitan medicación.
– Aunque estén aislados no podemos dejarlos incomunicados del resto del mundo, por lo que seleccionamos unos cuantos voluntarios para que los toqueteen, los cojan en brazos, los abracen y jueguen con ellos; cuanta más gente vean y más los trasteemos más sociables serán cuando crezcan.

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Desde entonces han pasado casi 6 meses y Rio era el último cachorro que quedaba por adoptar. Curiosamente, la madre fue la primera en salir; la familia adoptante estuvo esperando casi 3 semanas hasta el destete para poder llevársela y cuando nos la han traído de visita hemos comprobado que ya ha superado los miedos que tenía cuando llegó. Los cachorros han crecido sanos, son muy sociables, no tienen miedos y sí muchas ganas de comerse el mundo.

La semana pasada nos visitó una familia (el día del cumple de Rio: ¡7 meses!) y se lo llevaron en acogida. Y ayer Rio volvió para decirnos que nos deja.
Cuando salió en acogida, una de las voluntarias que más se implicó durante el tiempo que estuvieron con nosotros se puso a llorar; hoy, el presi ha cogido una cerveza de la nevera, se ha sentado en uno de los bancos mordidos que tenemos en la entrada y con un brillo en la mirada ha dicho: ¡Misión cumplida!

Porque ésta es nuestra MISION: Acogerlos cuando están perdidos o han sido maltratados. Intentar curarles las heridas, tanto las físicas como las emocionales. Darles mucho amor mientras permanecen con nosotros. Y esforzarnos para que se vayan lo antes posible.

A veces lees comentarios en las redes sociales del estilo «es que sois maravillosos» o «qué suerte han tenido de que los hayáis recogido». En lo 2º estoy bastante de acuerdo. Pero en lo de que somos tan buenos… aquí habría mucho que decir.

Todos los voluntarios que integramos ADEA somos gente normal. Con nuestros defectos y nuestras mezquindades. No es falsa modestia, es que es así.
Nos hemos hecho voluntarios porque amamos a los perros. Y este amor hacia ellos es el pegamento que nos une, lo que nos mueve a dedicarles horas de nuestro tiempo libre y, la mayoría de las veces, nos ayuda a tragarnos los malos humores y a apechugar con los problemas que día sí día no nos encontramos en el refugio.

–Pero sois buena gente porque… –insistirá alguien. ¡Y dale!
A veces pienso que en el fondo los voluntarios somos egoístas… Vuélvete a leer la historia de Rio. Mira las fotos del final. Cuando se lo han llevado en adopción ha sido un subidón; el orgullo del trabajo bien hecho.
Los perros del refugio, sus historias, las adopciones bien gestionadas y las fotos que nos envían las familias adoptantes, uno en la nieve, otro corriendo libre en la montaña, y un tercero de viaje por Francia (su primera ‘gran’ salida)… los perros del refugio, decía, y verlos empezar una nueva vida, nos devuelven aumentado todo lo que les damos.

He empezado hablando de Rio y al final me he puesto a divagar… ¿Por qué explico todo esto?
Porque probablemente ese señor/esa señora que nos tiene en un pedestal es un seguidor de ADEA en Facebook al que le gustan los perros y simpatiza con lo que hacemos. Pero ni es voluntario, ni es socio… simplemente nos sigue y clica ‘MeGusta’ cuando algo de lo que publicamos le gusta.

A ti, que clicas MeGusta en Facebook: ¡No sabes lo que te estás perdiendo viéndolo sólo desde afuera!
Vuelvo a las fotos: míra como juegan, míralos como crecen…
Implícate más y –permíteme la exageración –algo en tu vida cambiará.

Hazte voluntario si tienes horas, aunque sean pocas. Vivirás (sentirás) la experiencia de Rio y sus hermanos de otra manera; mucho más personal, porque también serán tuyos. Y probablemente tú también dejarás escapar una lágrima el día que se vayan.

Hazte socio si no puedes venir en persona, y te explicaremos trimestralmente lo que hemos hecho, qué perros han entrado y cuáles han sido adoptados, cómo crecen los cachorros, porqué el pobre xxx murió y qué vamos a hacer para intentar que no nos vuelva a pasar nunca más. Y podrás opinar sobre lo que hacemos, y cómo lo hacemos y qué cosas deberíamos cambiar.

Si estás leyendo este blog lo más probable es que te gusten los perros.
Si aún no lo has hecho, te proponemos que des un paso más: Únete a nosotros. ¡VIVE la protectora!
Piensa en cómo puedes participar e IMPLÍCATE.
Sé tú también una persona ‘maravillosa’ 🙂