
Parte de recogida nº 904
–Es sábado –dice él–. Se oyen más ruidos de gente y, sobre todo, las motos: las motos de montaña son de sábados.
–¿Y eso qué cambia? –pregunta ella sin demasiado interés.
Él no contesta. Siguen caminando.
–Es sábado –dice él–. Se oyen más ruidos de gente y, sobre todo, las motos: las motos de montaña son de sábados.
–¿Y eso qué cambia? –pregunta ella sin demasiado interés.
Él no contesta. Siguen caminando.
Troya tiene dieciséis años. Eso calculamos teniendo en cuenta que tenía unos cinco cuando la adoptamos hace once años. Es una mestiza con mucho de cruce de caza, con leishmania y perdigones bajo la piel. También llevaba bajo la piel miedos y palos, pero de todo eso ya no queda nada.