Al final lo hicimos (o «En mayo, cada día un rayo»).
El domingo 13 de mayo se celebró en Can Rafart la Desfilada de Gossos en adopció / Vilaguau 2018.
07:30 Montando; una de las primeras tareas es encender la barbacoa para que vaya haciendo brasas para las butifarras.
08:00 Muchos voluntarios están ya moviendo mesas, colocando vallas, probando el equipo de sonido… todo está planificado al milímetro.
¿Todo?
Las microscópicas gotas de agua que hasta ahora flotaban en el ambiente se han transformado en un calabobos (qué bien encontrado está este nombre). ¡No pasa nada, todo está controlado! Chubasquero y a seguir trabajando…
Ah, y –¡cubrid la barbacoa que al final se apagará!
El recinto donde se van a desarrollar la mayor parte de los actos del programa está protegido, pero sólo por arriba; tendremos que apretarnos todos un poco y alejarnos de unas paredes inexistentes porque hace aire y todo lo que hay cerca de los laterales se está empezando a mojar. Y en el suelo, como es de tierra y con un poco de pendiente, están empezando a surgir pequeños riachuelos que lo atraviesan, con sus correspondientes charquitos aquí y allá. Hay que reorganizar las mesas de las entidades colaboradoras; el croquis que llevo con la distribución ya no me sirve, y además está mojado.
Unos miran hacia el cielo oteando las nubes mientras otros contrastan las predicciones del tiempo de sus móviles. –Ya se acaba –dice uno. –En el mío se ve una mancha oscura que se desplaza hacia aquí –contesta otro. Hay nervios en el ambiente.
La primera actividad de la jornada es la Vilaguau («Paseo –suave- con vuestros perros por los alrededores del pueblo» pone en el programa). A la hora prevista los perros inscritos lucen pañuelos azules y esperan pacientemente bajo la carpa; la lluvia ha arreciado y ninguno hace el gesto de «Venga va, yo primero».
El inflable que nos ha proporcionado el C.E.Fondistes de Vilassar de Dalt para marcar la Salida y hacer la foto de rigor aguanta la lluvia sin nadie debajo.
–¡Subid la música!
A las 10:30 ya estamos convencidos de que no vamos a poder hacer la Vilaguau. El inflable de la Salida se mantiene en su sitio porque un pequeño compresor le va insuflando aire; cuando lo apagan y lo veo deshincharse lentamente pienso: ésta debe ser la pinta que tenemos nosotros en este momento.
–Al mal tiempo buena cara –me digo siguiendo con los refranes– y me acerco a la mesa de Patri (pintura de caras). –¿Puedes hacerme éste? –le pido señalando uno de sus diseños. –Es un dálmata –responde –pero las manchas tendrán que ser violetas porque el negro que he traído no queda bien. –¿Y esto es un problema? –pienso, viendo como a su espalda sigue lloviendo.
Por suerte, ya es la hora del desfile canino: entre los nuestros pasearán por primera vez Boing –va con Pepe y se está portando muy bien– y Salma –aunque se la ve cohibida, tiene a su lado a Raquel que le infunde confianza. Life4Pitbulls nos informa de un cambio de última hora: les ha fallado la paseadora y han sustituido los 3 PPP adultos que nos dijeron que vendrían por 2 cachorritos encantadores; ningún problema, pasamos nota a Laura y Jordi, nuestra pareja de locutores, que lo están haciendo muy bien (se nota que son profesionales). 2 perros de la asociación de rescate ARIA y otros 2 de Amics dels Animals Dosrius cierran el desfile. Parece que las cosas están empezando a encarrilarse.
Pedro y sus colegas de Servican Cabrils toman el relevo tras la desfilada. Exhibición de adiestramiento a cargo de asistentes a sus clases: personas ‘normales’ con perros ‘normales’ nos muestran los resultados que se pueden obtener con un buen instructor (y bastantes horas de práctica).
La demostración profesional que sigue es más seria en el fondo (perros de élite adiestrados para actividades específicas) pero más divertida en las formas: en uno de los números, y con la música de La Pantera Rosa de fondo, el ‘malo’ se le acerca sigilosamente a la presunta víctima con ¡un cuchillo de plástico de 40 cms!.
En otro momento, Pedro coge el micro y dice: –El siguiente ejercicio es de rastreo y detección de estupefacientes; por favor, si alguien ha estado recientemente en contacto con sustancias como por ejemplo la marihuana, que no se acerque demasiado a la valla. Yo no lo vi, pero me imagino a alguien pensando –¿Qué hago? Si me aparto me delataré… y si no me aparto, el perro me señalará…
Mientras tanto, caras serias en uno de los rincones: reunión de emergencia de la Junta de ADEA. Gabinete de crisis.
–Qué hacemos? Ya hemos dicho que suspendíamos el arroz (a las 11 no habíamos vendido ¡ni 1 solo ticket!) pero ha parado de llover, está saliendo el sol y la gente se lo está pasando bien…
–Si lo suspendemos podemos hacerlo el próximo sábado en el refugio –dice uno.
–El pollo, las gambas y los calamares ya están descongelados y no aguantarán –dice otro.
–Bueno, no están del todo descongelados, los devolvemos al congelador y… –¡Si hombre! –le interrumpen –¡sólo falta que, además, ahora los intoxiquemos!.
Al final, ¡Habemus arroz!
La colla del Barri del Pi enciende el fuego y se pone con el sofregit; mientras tanto, Qbalalé coge el micro y nos presenta su nuevo disco. Y los voluntarios empiezan a descorchar las botellas de vino (que por cierto está etiquetado con el logo de la protectora y queda chulísimo).
Al final, se empiezan a ver sonrisas y la Judit, en la caja, está vendiendo tickets para la arrossada.
La comida salió muy bien, la gente se lo pasó mejor (y aunque el vino ayuda mucho, se palpaba un muy buen rollo entre asistentes y voluntarios) y la impresión general es que, a pesar de todo, «Al final lo hicimos».
Soy el Tesorero de ADEA y estoy escribiendo este blog sin haber hecho números; creo que conseguiremos cubrir gastos (a pesar de que las gambas y los calamares del arroz están por las nubes) y, aunque tenía muchas esperanzas de tener superávit, ¿queréis que os diga una cosa? No me preocupa; si al final no es así, ya sacaremos el dinero de algún otro sitio.
En estos momentos me viene a la memoria algo que me dijo hace tiempo un adiestrador amigo mío y que es perfectamente aplicable a lo que pasó el domingo: cuando adiestras a un perro, la sesión tiene que finalizar siempre en positivo, para que el recuerdo que él anote en su ‘Libro de Experiencias‘ le anime a repetir.
Al finalizar la comida, Diego cogió el micro y agradeció a los Voluntarios de ADEA su ayuda y su dedicación. Obviamente, al decir sus nombres se olvidó de algunos, porque a mí me salen 43 y es imposible citarlos a todos de memoria. Pero yo me quedo con esta imagen: 43 personas volcadas y comprometidas con ADEA; 43 voluntarios trabajando con un único objetivo: el bienestar de nuestros perros, y con una camaradería y un buen rollo entre todos nosotros que muchos envidiarían.
¡Gracias! ¡De verdad!
Ah, me olvidaba (aunque al final toda esta movida era por ellos): Monty, nuestro joven mastín mimosón, estaba apalabrado pero aun así desfiló (no diguis blat fins que no sigui al sac i ben lligat); Monty, decía, ya no volvió al refugio: sus adoptantes formalizaron el contrato de adopción tras la desfilada y esa noche él ya durmió en lo que será su hogar ‘para siempre’.
Y es probable que Ulises, un galgo simpático, descarado y muy seguro de sí mismo de la Asociación de Rescate ARIA y uno de los cachorros de Life4pitbulls acaben también siendo adoptados.
¿Qué más se puede pedir?
P.D. Os habréis fijado que la foto que encabeza este post está firmada; nuestra amiga Rut Casanellas, fotógrafa especializada en mascotas y niños se ofreció a colaborar con nosotros y cubrir el evento. Nos ha mandado una muestra de las fotos que hizo y la verdad es que son muy chulas; tanto, que le hemos pedido que haga una selección de las mejores y las publicaremos en breve en este blog.